jueves, 17 de julio de 2008

Perdidos en Gredos II: Ascensión al Monte del Destino 1ª Parte

La agitada noche anterior no fue motivo para que la gente se levantara con ganas de fiesta, de ahí que cuando el Fer, en pijama, despeinado y medio dormido, se levantó y cogió una botella de agua vacía, trotáramos escaleras arriba los que estábamos despiertos en esos momento solo por el placer de verle golpear al Kas mientras roncaba. Lástima que Kas tenga un oído tan fino y se despertara antes escondiéndose detrás de la puerta pensando que entraría yo para asustarme. Craso error ya que primero entró Fer así que aún no sé quien se asustó más.

Por mucho que sufriera durante la larga marcha, el paisaje mereció la pena


Tras este emocionante despertar decidimos comenzar la jornada con una breve pero intensa visita a la panadería del pueblo. Mandigo se la vio y se las deseó para hacerse entender en el idioma autóctono de la zona, nunca nadie pensó que comprar 9 barras de pan y una torta fue tan laborioso, pero tras una segunda visita al super del pueblo a por avituallamiento para "la larga marcha" conseguimos empezar a organizarnos para salir al campo.

Al principio todo iba bien con los preparativos, Zombi, dejando salir su cuarto vasco, se puso en plan Arguiñano y preparó los bocadillos para todos, con el fin de no cargarnos demasiado se decidió repartir las cosas por las mochilas, así q Zombie llevaba una con sus cosas del baño y las de su hermano, Mandingo lo suyo junto con lo mio y el botiquín, y Fer y Kas cada uno lo suyo. En mi mochila metimos toda la comida, menos la fruta. El Zombie dijo q llevaba el parte de la fruta, Mandingo guardó la mía y la suya en su mochila, Fer decidió que prefería llevar la suya y el Kas, que estaba a por uvas, no se enteró de nada. Cuento esto porque fue el detonante de lo que más tarde se llamó "la guerra de la manzana" pero eso ya lo veremos más adelante.

Un poco más tarde de la hora zulú prevista (a saber a qué hora habíamos quedado realmente) conseguimos montarnos todos en el coche rumbo a lo que en principio iba a ser un bonito paseo por el monte en una ruta de senderismo de dificultad media-baja.

Kas y el Coco en pose de sirenita


Al principio de la marcha todo eran risas y chistes, pero en seguida nos dimos cuenta del error. (bueno, yo, por que Zombi, el hermanísimo, Fer, Kas y el Coco trotaban por las piedras como cabras). La hija del Mal, su consorte, Mandingo y yo, en seguida vimos el infierno ante nuestro ojos en forma de camino de piedra.

Tras varias horas de duro ascenso (tan sólo sobrellevadas por el bello paisaje) conseguimos llegar a la primera fuente, lugar de descanso y parada obligatoria para recoger agua, donde todo el grupo se reunió de nuevo y donde aprovechamos para reponer fuerzas con un poco de chocolate y frutos secos. A lo largo de ese tortuoso camino tuve la debilidad de comerme una manzana de la mochila de Mandingo, hecho terrible que me acompañará hasta la tumba. (luego se verá por qué).


Reposando tras la dura ascensión

Tras este breve receso continuamos la ascensión hasta una especie de mirador precioso desde el que se veían las cumbres aún con nieve y las cabras subían casi hasta comer de tu mano. La verdad es que es increíble lo bonito que era aquello, me parece imposible que aún queden sitios así.

Segundo descanso y comenzamos a bajar hasta la "laguna de Gredos", un camino mucho más fácil por ser de tierra, por lo menos hasta el último tramo donde aparecen otra vez las piedras pero cuesta abajo. Tramo tranquilo del que sólo es destacable la grandiosa frase de una madre a la que adelanté, cuya niña iba delante de ella y que, al verme pasar, exclamó- Hija, tu pisa por donde esa chica, así no te caes!. Doy gracias de que los niños no estuvieran allí en esos momentos porque la frase más suave que hubiera oído fuer: -Señora, tírela por el barranco que va a sufrir menos. (¿será que aún recuerdan cuando caí por las escaleras y partí un jarrón con la cabeza?).

al llegar a la laguna, tiene lugar una de las vistas más hermosas que he visto nunca, y he de añadir que las fotos no hacen justicia al lugar.

Aunque no lo parezca, aún faltaba un buen trozo para llegar al lago, lo que engaña la vista


Tras encontrar una zona tranquila nos dispusimos a comer los bocadillo y fue en ese momento cuando se desató la gran tragedia. El Zombi saca dos manzanas y yo acepto una y me la como. El Kas dice que para después. tras los bocadillos la manzana de Zombie se la han comido y a Mandingo sólo le queda una que quiere la hija del Mal por lo que al Kas solo le ofrece una nectarina. Ofendido como si le hubiéramos mentado a la madre, el kas ya no ha vuelto a ser el mismo y, tras un angustioso grito del tipo "pensé que eramos un equipo" entró en frenesí y desde entonces no se puede mencionar la palabra "manzana en su presencia". Lo cierto es que la terapia le está ayudando, pero sigue sin poder ver "Blancanieves y los siete enanitos".

Comida, paseo por la zona con encuentros familiares (el Fer encontró en medio del mote a su tío) y después de un descanso, de regreso a los coches. Pero la vuelta es otro capítulo a parte.

Apunto estuvimos de llevárnosla de cena a casa, para la barbacoa

5 comentarios:

Anónimo dijo...
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Miguel dijo...

Me cago en la dificultad media - baja, maldita sea, 6 horas de marcha tal y como yo estaba no son media - baja. Y para más INRI lo de la fruta. De 4 piezas me comí una, y lo que es peor, el que más se queja, pero que no cargó con ninguna, se comió el doble de fruta que yo.
El hombre escoba no para.
Y comprar pan no fue tan duro...

Fher N'ando dijo...

OVEEJAAAAAAA, CEEEEEEEEE, ay que majas las ovejas mntesas , cuchi cuchi cuchi....

zombi dijo...

no eran ovejas, eran conejos...
o es que no les has visto los cuernos...

tata_ogg dijo...

A ete paso no vuelvo a comer una manzana en la puñetera vida. Y q no se queje que el domingo sabeis que desayunó?