viernes, 15 de febrero de 2008

Restaurante Budha

En el centro de ocio Parquesol Plaza, se encuentra este restaurante de comida hindú.
La verdad es que la comida está bien y es muy diferente a lo que se puede comer por aquí, pero lo que es diferente, sobre todo, es el servicio.

Mi media naranjita y yo decidimos ir el día de San Valentín a cenar allí y hay que reconocer que si vais en los próximos días, recordad que es sólo para personas con paciencia.

Para que os hagais una idea, nosotros tardamos unas 2 horas y media en cenar. Aunque la cosa se agilizó bastante cuando descubrimos que el truco consistía en llamar al camarero y hacerle muchas señas, así te atendía un poco antes.

Os recomiendo que tampoco mireis mucho la carta, porque el camarero os va a poner lo que le dé la gana. Mi media naranjita elaboró la teoría de que el cocinero le daba platos de comida de forma aleatoria y él se encargaba de distribuirlo por las mesas como se le ocurría. Resultado, ahora mismo tengo un ardor de estómago terrible a causa de un cordero hiperpicante que me sirvió en vez de la carne con frutas que había pedido.

La suerte fue que sólo había dos postres para elegir (50% de probabilidades de que acertara) pero como casi todos pedíamos el batido, sólo servía batidos. A punto estuvimos de quedarnos sin ellos, porque, unos 10 min después de haberlos pedido, vi al camarero servir varios y pasearse posteriormente por la sala con dos vasos sin saber que hacer con ellos, momento en el cual empecé a hacer señas con los brazos, al verme el camarero exclamó "¡anda, era ahí!" y nos los sirvió.

También tardó un poco en cobrarnos, pero en esos momentos ya estábamos tan, a vueltas de todo, que nos lo tomamos con filosofía.

Después de pagar nos estuvo contando en inglés (porque sus conocimientos de español eran peores que los de las chinas de los restaurantes) que él era el pinche de cocina, pero como el camarero se había ido de vacaciones a la India, a él le había puesto a servir mesas. Tal vez eso explique porque, en dos horas, no le vimos retirar ni un solo plato de las mesas.

Lo dicho, un sitio donde comer de forma diferente (tanto por la comida como por el trato). Sólo para atrevidos-

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