martes, 4 de noviembre de 2008

La castaña asesina

Puesto que todos mis amigos ya saben la historia y se ha reído a gusto, ya me da igual que el cachondeo se generalice y voy a contar lo peligrosas que son las castañas.

En principio la mayoría pensarán que son peligrosas porque puedes comer muchas y darte una indigestión o puedes atragantarte con una. Eso es cierto, pero hay otro peligro aún mayor que nadie ha comentado. Y es que las castañas son un arma de doble filo, nunca mejor dicho.

Desde que mi madre volvió de Asturias casi todos los días comemos castañas al horno de postre, que con un vasito de leche caliente están muy buenas, pero mucho cuidado porque tan rico manjar puede ser mortal. Ayer, sin ir m´s lejos, me corté pelando una castaña.

Algún alma cándida que no me conozca pensará: "bueno, lo peligroso es el cuchillo entonces" pero he de reconocer sonrojada, que no usaba cuchillo para pelarlas, en realidad me corté con la cáscara de una castaña que estaba pelando. Y encima es un corte de estos muy fino pero que duelen un huevo.

En fin, parecía imposible, pero con esto supero incluso lo del cubo de fregar.

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