viernes, 6 de junio de 2008

Electric weekend festival. Parte I. El viaje

Después de una temporada sin escribir por fin encuentro un huequillo para comentar mi último finde por la capi.
La verdad es que este viaje se empezó a gestar casi un mes antes con un correo de Mandingo indicando que había concierto de Metallica en Getafe y que podríamos ir. Después de averiguar que se trataba de un festival y d e ver precios mi medio pomelo indicó que los dos días era muy caro (y más cuando de los artistas que actuaban el sábado sólo le gustaba Metallica) y que, por él, sólo iría el viernes. Ante la posibilidad de ver a Offspring y Race Against the Machine, lógicamente acepté encantada.

El primer problema lo tuve cuando descubrí que ese sábado trabajaba, así que comenzó en el curro una jornada de búsqueda y negociaciones de cambio de turno con los compañeros gracias a la cual conseguí libre no sólo el sábado, sino también el viernes entero (menos mal que la gente es un cielo y enseguida te hacen un favor).

Así que tras desembolsar los 65€ de entrada y casi tres horas de viaje en tren, con vendedor ambulante incluido, llegamos a Chanmartín sin muchos incidentes.

Paso por obligado por hostal-pensión "mi santa hermana" para dejar maletas, comer y minisiesta, y comenzar a las 17:00 la peregrinación a Getafe.

Si bien es cierto que al ir en metro no teníamos mucha perdida, al ver la cantidad de hevys del metro decidimos seguirles para llegar al recinto. El problema vino cuando, nuestro primer grupo de referencia, que estaba hablando con unos guiris que también iba, de pronto dijo: "yo sé en que estación nos tenemos que bajar, luego seguimos a los guiris que habrán visto un mapa sabrán como ir (sic)" Si, claro, seguro, no saben beber, como para saber orientarse en Getafe, tenían una pita los colegas....

tras ese pequeño desengaño vi a una pareja acaramelada que parecían algo más sensatos así que me lancé a preguntarles. Ellos tampoco sabían muy bien como llegar pero tenían más claro a quién seguir. Gracias a eso y a la buena señalización (unos cartelones enormes pintados a mano con rotuladores que te mostraban el mapa desde la estación hasta el recinto) pudimos llegar junto con un nutrido grupo de chavales con bebida, gente vendiendo entradas de colegas y camellos pasando costo.

Una vez dentro pudimos comprobar que la organización lo había pensado todo muy bien. algunas carpas con mercadillo (de bueno, nada de gitanos vendiendo bragas y calcetines) donde podías comprar desde palestinos a camisetas pasando por chupas de cuero, muchos baños (lo cual era de agradecer) una gran caseta para pillar fichas para la comida y la bebida. A la derecha un escenario cubierto por una gran carpa, a la izquierda el megaescenario principal, y una carpa de Eristoff y otra de Jack Daniels (ahí tenemos que entrar, fue uno de mis primeros pensamientos).

Así que tras apoquinar 8€ por un litro de cerveza para no desentonar con la juventud, comenzamos a disfrutar de la buena música con Millencolin (pero eso será después de la publicidad).

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